
Pero olvidando lo de Messi, vuelvo al tema central de esta entrada, los entrenadores. Ayer presenciamos otra destitución más de un técnico de la liga BBVA, y aunque no conozco el número exacto, ya van unos cuantos. No me voy a centrar en el Valladolid -para empezar yo nunca hubiera echado a Mendilibar, me parece un entrenador como la copa de un pino-, ni en qué tal lo hará Clemente, iré mas allá. Soy partidario de la continuidad de los proyectos futbolísticos, y para eso hay que dar confianza a los entrenadores. En el fútbol actual cada día se exigen resultados a más corto plazo y esto, va en contra -como es obvio- de los proyectos a largo plazo, que son los realmente interesantes. Se ficha a un entrenador, y si no cumple los objetivos de forma inmediata, a la calle y a buscar otro, da igual que no siga el mismo patrón del anterior, lo que necesitamos es una cara nueva. Y esto crece cuando el equipo es muy mediático -deberíamos contar la cantidad de veces que Marca desprestigia a Pellegrini- porque esa cara nueva y esa inestabilidad en el club, vende.
Pero... si no llevo ni cinco meses con esta plantilla, a penas he podido fichar los jugadores que me gustan, todavía hay posibilidades de cumplir los objetivo y ¿me echáis?. Claro que te echamos, queremos que el equipo cambie.
No sé hasta que punto se consigue dar un vuelco a la dinámica de un equipo fichando a un nuevo entrenador. Sé que hay casos en los que si ha pasado pero no es la tónica general. Si tú contratas a un técnico a principio de temporada es porque sabes como funciona, lo que te puede aportar y lo que no... ¿Tan mal planifican las temporadas los clubes que tardan tan poco en cambiar de entrenador?
La confianza es una de las máximas del fútbol -¡y me atrevo a decir que de la vida!-. Un jugador sin confianza se sentirá inseguro y no rendirá a su máximo nivel, lo mismo pasa con un técnico, lo mismo pasa con un trabajador en su empresa, en fin, con todo. Hay que dar confianza a los proyectos, y consecuentemente, a los entrenadores.
Como he dicho antes, esta moda de destituir técnicos como el que se cambia de camisa no es sólo española, pero aquí estamos marcando auténticos registros récord. En estos casos es cuando envidio el fútbol británico y su idea de este deporte, con proyectos larguísimos y bien planificados como el del Arsenal de Wenger o el del Liverpool de Benítez, que aunque este año le está saliendo nefasto, la afición, los dueños del club y los jugadores siguen confiando en él, y estoy seguro de que si Rafa sigue en Anfield y este verano dispone de algo de dinero para fichar, el año que viene veremos otro Liverpool.
Nos encaminamos a un modelo deportivo de proyectos con fecha de caducidad antes de empezar, donde se ficharán a los entrenadores durante un año y en verano, le echamos, lo haya hecho bien, mal o regular.

Sé que son muchas ideas las que he expuesto juntas y están un poco embarulladas pero realmente esto me indigna y no entiendo como un equipo modesto como el Valladolid ha podido cambiar tres veces de entrenador en una temporada, igual tiene algo de culpa este hecho en su lugar en la clasificación a final de temporada...
Primero de todo, enhorabuena por el blog, lo descubrí ayer y me parece realmente interesante. te seguiré a menudo.
ResponderEliminarRespecto al post de hoy, estoy de acuerdo en la mayoría de tus argumentos, pero creo que en el caso del Valladolid y este último cambio en particular está más que justificado, viendo los números de Onésimo y que Clemente se ha convertido en los últimos años en salvavidas de equipos deshauciados
No obstante, es una situación que se repite cada año, debido a que es inevitable que cada temporada desciendan 3 equipos, esto imposibilita cualquier proyecto a medio/largo plazo de equipos modestos. En este aspecto podríamos tomar ejemplo de campeonatos como el argentino, en que toman los resultados de las últimas 3 temporadas para elaborar los descensos... pero con matices. Contando también las buenas temporadas de los equipos es 2ª por ejemplo Xerez tiene ahora mismo 25 puntos, para saber su situación real deberíamos hacer la media con sus 2 temporadas anteriores (incluyendo la 2ª division) apra saber su situación real, aquí es donde fallan los argentinos.
Se que sería una clasificación bastante rara, pero daría más opciones a equipos modestos y a nuevos entrenadores que por unos malos resultados ven truncado su futuro
Muchas gracias por tus halagos GyzmoBCN, es mi primer blog y este tipo de comentarios son muy de agradecer ;).
ResponderEliminarMuy interesante tu última idea sobre esa hipotética clasificación, habría que tenerla en cuenta y estudiarla más a fondo.
Es cierto que en un equipo recién ascendido a primera lo que debe primar es la permanencia, conseguir rápidamente los puntos necesarios, después ya vendrá el resto. Pero más o menos cada equipo desde su etapa en segunda tiene -mejor dicho, debería tener, según mi modo de entender el fútbol- una especie de "línea editorial", una línea de juego que creo se debería respetar a la hora de contratar entrenadores.
Clemente es un auténtico salvavidas, pero creo que ni Onésimo ni Clemente tienen la idea del fútbol apropiada para ESTE Valladolid. Puede que lo salve y consiga buenos resultados en lo restante de liga, pero ahora mismo no creo que el pucela cuente con los jugadores "made in Clemente", jugadores sacrificados, de los que no se dejan ver. El Valladolid a día de hoy tiene jugadores habilidosos y con calidad (Sisi, Mendujanin, Bueno, Manucho, por citar algunos), no currantes. A parte el tema de cómo está el vestuario con las movidas de las juergas, la poca implicación... Será interesante ver como Clemente arregla todo esto, estaremos atentos.